Tina y Fina en escena
El Teatro Guiñol de Remedios Fidel Galbán vuelve sobre las tablas de su sede, aún sin estar lista, con el deseo de contar historias para un público que siempre viene a soñar.
-Vamos, chicos. ¿Todo listo?
La música inicial responde a Yoniel Hernández Torres. Lleva las riendas de la dirección artística de la obra Tina y Fina, que vio la luz en 2005, escrita por ese grande que fue Fidel Galbán.
Momento de ensayo en la sede del Teatro Guiñol de Remedios. Desde la fila, «Cocó» observa y crea; asume los personajes y disfruta como si fuera todo un público.
Abre el telón y comienza la magia. Es la primera vez que observo el instante creativo de este grupo; olvido la agenda y me dejo llevar. Verlos es un reposo a la vida.
Juguemos al teatro
Hasta la comunidad de Carrillo llegó Tina y Fina en estreno. Anteriormente, el pre estreno en la casa del grupo que, aunque no esté lista porque faltan detalles como las sogas de tramoya, luces y el arreglo de los baños y las lunetas; como bien dice Ernesto García, instructor de Arte, «continuamos trabajando en el rescate de puestas en escena que ya no están en el repertorio».
El texto, narrado en versos, recrea un conflicto entre dos vecinas de solar. Constantemente se culpan de robo hasta que encuentran al verdadero ladrón.
Guapi, con matiz negativo, toma forma gracias al despliegue actoral de Daily Torres Estévez, para quien «ese otro yo», marca una evolución dentro del grupo.
«Yo llegué recién graduada de la EPA, Escuela Profesional de Arte, y este fue el primer personaje al que me enfrenté, los pasos iniciales sobre las tablas de manera profesional. Es siempre mío porque lo formé y me siento orgullosa de que siga creciendo con nuevas tonalidades.»
El director artístico general, Jorge Luis Rojas García, da vida a Vigilante; figura del orden público que vive aturdido por las quejas de las vecinas y quien mediará en la solución del conflicto. En 2006 Vigilante tuvo una nominación al premio Caricato. En lo personal, Jorge se me antoja cercano, quizás porque sea el abuelo de todos los niños remedianos como si les soplara al oído las mil y una manera del reír.
Y sí; asumir la guía de un grupo consolidado siempre marca un reto.
«Nunca imaginé que iba a tomar el puesto de Fide. No fue fácil coger un bastón que ya estaba bien alto. Pero nosotros, cual piedras, fuimos muy bien pulidas por él y es un orgullo mantener viva su esencia y ese gran amor que sintió por los niños; la enseñanza de que lo único importante es que las personas vivan las emociones con cada representación nuestra».
Tina tiene los ojos de Dianela González Bermúdez. Una muchacha eternamente joven, desordenada y tibia que teje los hilos de la imaginación en cada oportunidad en escena. Para ella, el legado de Fide es el tesoro más grande.
«Esta obra le gustaba mucho a Fide porque recrea el teatro bufo cubano. Reponerla significa siempre respeto hacia él. Queremos seguir haciendo realidad sus sueños, nuestros sueños.»
Fina invitó a la instructora de arte Evelin Artiles Bonilla, por primera vez, a compartir escenario con el equipo. Un rostro nuevo y fresco que suma pasos, quizás con el precedente de dejar recuerdos sueltos por el mundo.
«Somos una familia, me han acogido muy bien. Nos conocíamos del pueblo, pero trabajar con ellos es bien diferente. Hacía muchos años que no estaba arriba y de verdad que es un honor porque me han abierto las puertas con mucho cariño».
Por más teatro
Llegan las palmas. «¡Bravo! «¡Bravo! Cierra el telón, pero queda el deseo de contar más historias para aquellos que siempre vienen a soñar. Vendrá más teatro, incluso, obras inéditas de Fidel Galbán.
El teatro es arte vivo, una travesía que dibuja lo mejor de los sentimientos humanos a veces relegados por la prisa y las penurias del diario vivir.
Cada puesta un viaje. Cada viaje, una ilusión. «¡Vengan, amigos, juguemos al teatro de la mano de este puñado de eternos jóvenes que atrapan y regalan sonrisas!
Imágenes del autor.