Felicidad: de alta clínica 15 abuelos del Hogar de Ancianos No. 3 de Santa Clara (+Audio y Fotos)
Felicidad puede ser el nombre de este reportaje. Felicidad de un personal médico que ha batallado contra la muerte y hoy aplaude con lágrimas de alegría y ternura en la despedida a pacientes muy especiales. Quince abuelos asociados al evento de trasmisión de la COVID-19 del» Hogar de Ancianos No.3 de Santa Clara ya no tienen carga viral y están de alta.
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Felicidad de quince abuelos del Hogar de Ancianos No.3 de Santa Clara que fueron dados de alta en el Hospital Militar «Manuel Piti Fajardo», luego de su total recuperación, después de haberse contagiado con la COVID-19.
El Doctor Carlos Hidalgo Mesa, Doctor en Ciencias, especialista en segundo grado de Medicina Interna y Vicedirector docente de la institución médica prácticamente no ha dormido desde que le dieron la misión, desde el pasado 16 de abril, como jefe del grupo de la sala donde fueron han sido atendidos los abuelos.
«Fueron días de gran tensión, un grupo de ancianos llegó aquí con la COVID-19 y comorbilidades asociadas, lo cual hacía muy compleja su atención, todo lo cual requirió de un esfuerzo mayor de todo el personal médico y de enfermería, para que no aparecieran complicaciones como escaras, neumonías o bronconeumonías. Hoy, con mucha alegría, damos de alta a catorce ancianos sin carga viral y ya suman quince de los 18 que recibimos»pues ya uno había regresado ayer a la Escuela Marta Abreu-, lo cual calificamos como un éxito», dijo el Doctor Hidalgo Mesa.
Puntualiza que esa victoria es del sistema social cubano y de la Revolución, pues «no fue algo personal ni del equipo de trabajo, muchas personas e instituciones pusieron sus manos, nos fueron suministrados todos los recursos, insumos, medicamentos, también recibimos donaciones de campesinos de alimentos imprescindibles, nada de lo que necesitaron les faltó», señala emocionado.
ENFERMERAS Y ENFERMEROS, OTROS VALIENTES
La Licenciada en Enfermería Maribel Villavicencio Santos, Máster en Psicología Médica y jefa de Enfermeras en la sala que atiende a los ancianos, está radiante hoy, a pesar del excesivo esfuerzo de su equipo para atender a pacientes que requieren de una alta carga de sensibilidad.
«La enfermería jugó un papel importante, había que darle su baño en cama, sus alimentos, ya que no tenían coordinación, logramos que no tuvieran escaras, y también tuvimos cuidado de sentarlos para evitarles complicaciones como neumonía ni bronconeumonía. Pero el momento más feliz es este, al verlos recuperados, más animados, regresar a su Hogar con tantas muestras de cariño», dice con emoción en su rostro.
AGRADECIMIENTO EN MAYÃSCULAS
Pero ninguna emoción puede compararse con el momento en que vimos salir a los abuelos de la sala, ya recuperados, amados por los médicos y enfermeras, con tantas muestras de cariño que sólo hablan de un país tan pequeño y tan grande.
Manuel Castellón Jiménez fue internacionalista en tierras africanas y se detiene para hablar con la prensa, a quienes confiesa: «me siento bien, le agradezco todo a la Revolución, al Comandante en Jefe, al equipo que nos atendió.
Estos médicos son otros combatientes de estos tiempos, y me siento muy feliz por lo que han hecho por nosotros, para salvarnos», expresó mientras se subía al transporte que lo llevaría de regreso.
NUESTRA MEJOR MEDALLA
Por eso el Doctor Hidalgo Mesa envía un mensaje al pueblo «mucha confianza en Cuba, en este país que ha formado profesionales altamente preparados y también muy humanos, esa es nuestra mejor condición».
Entretanto, la Licenciada Maribel Villavicencio reconoce que «la mayor alegría, la mayor medalla es tratar a los abuelos, que ya se van con un PCR sin COVID-19, nos sentimos como si fueran nuestros familiares; la única exclamación que teníamos era «¡qué dolor!, hoy nos reímos nada más que de mirarnos y ver su evolución satisfactoria. Fue muy difícil ver cómo llegaron perdidos, como niños pequeños, sin embargo, hoy el momento más feliz es cuando se van de alta. Esa es nuestra mejor medalla, y nuestro Primero de Mayo»
Esta es una noticia halagüeña: de alta quince abuelos del evento ocurrido en el Hogar de Ancianos número 3 de Santa Clara, sin dudas, felicidad y orgullo para un país y una provincia que siguió paso a paso la noticia con los corazones estrujados y con la confianza en la medicina cubana que no abandona a nadie ni siquiera en duros momentos de Pandemia.
Antes de marcharnos, escuchamos aplausos, vítores a la Revolución, al personal médico y a un Primero de Mayo que será diferente, pero que será un instante propicio para homenajear también a ese ejército de batas blancas que sigue siendo uno de los mayores orgullos de la Patria agradecida.