Los apremios del COI tras el aplazamiento de Tokio
Pospuestos para 2021 los Juegos de Tokio, debido a la pandemia de la COVID-19, el Comité Olímpico Internacional (COI) ahora debe atender a una serie de temas que exigen un replanteo.
La primera consecuencia de la suspensión trae de la mano el surgimiento de gastos agregados para esa entidad, el comité organizador japonés y la familia olímpica, situación que, sumada a la nueva planificación de eventos de clasificación pospuestos y al análisis del programa de competencias para el verano del próximo año, agregan complicaciones al quehacer cotidiano.
Directivos olímpicos rehusaron ofrecer cifras del balance sobre Tokio, por considerar que era temprano para hacerlo, aunque afirmaron que, al momento del aplazamiento, Japón exhibía una saludable situación financiera gracias a lo recaudado con la venta de entradas y alojamientos, el marketing y los derechos de transmisión, entre otros aspectos.
La entidad deportiva internacional ha declarado que, aun en medio del aplazamiento de la cita nipona, espera poder responder a sus compromisos establecidos. En momentos anteriores, el coi ha declarado que el 90 % de sus ingresos los aporta, entre un grupo de destinos, al fondo de Solidaridad Olímpica (para atletas y entrenadores); a los comités olímpicos nacionales (ayuda a deportistas), y a federaciones internacionales, para la promoción del deporte a escala mundial. El 10 % restante, declara emplearlo en gastos operativos que conlleva la administración del movimiento olímpico.
PROBLEMA NÃMERO UNO
En el orden de las facilidades materiales, el problema número uno radica en asegurar los apartamentos de la Villa Olímpica, pues se empezarían a entregar a sus nuevos dueños a partir del próximo septiembre.
Si, por un lado, darle solución a la Villa es un dolor de cabeza, se mantiene en la programación concebida para el evento el traslado de las competencias de maratón y marcha desde Tokio para Sapporo, con el ánimo de evitarles dificultades a los atletas, debido a las altas temperaturas que genera el verano tokiota.
Christophe Dubi, director de los Juegos, ratificó que los deportistas ya clasificados mantienen sus plazas y será potestad de los comités olímpicos nacionales seleccionar a sus respectivos representantes a la cita.
Sobre las sedes deportivas, Dubi apuntó que encontrarán más problemas en las que tienen habitualmente un uso no deportivo, por ejemplo, los centros de congresos, pues poseen su propio calendario de eventos. Con estas instalaciones están negociando, explicó.
Otras de las propuestas es que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) autorice a participar en los Juegos a los futbolistas Sub-23 que dejen de serlo en el transcurso de este 2020.
Igualmente se halla sobre el tapete la opción de que la Federación de Boxeo (AIBA), inhabilitada por problemas de corrupción, recupere sus funciones en este margen hasta el verano de 2021.