Minoska Cadalso, Premio «Roberto González Quesada»» por la Obra de la Vida (+Audio)
La colega Minoska Cadalso Navarro, corresponsal de Radio Rebelde en Villa Clara y conductora del noticiero Patria, de CMHW, recibió este 14 de marzo, Día de la Prensa Cubana, el Premio Provincial de Periodismo «Roberto González Quesada»» por la Obra de la Vida.
[sc_embed_player_template1 fileurl=»https://cdn.teveo.cu/media/GJ/8r/UgTPj4xJp6p7/artifact/Db6yevY5ZN95Pd9J.mp3″]La radio en la vida de Minoska
«Muy buenos días, ¿qué tal?, ¿usted amanece bien?»», se escucha en voz de mujer por las ondas de la Reina Radial del Centro.
Son las seis en punto de la mañana. La locutora y periodista Minoska Cadalso Navarro, con su deseo de un amanecer feliz, deviene la primera compañía de muchos villaclareños que, mediante Patria, satisfacen bien temprano sus necesidades informativas.
«De lunes a sábado el primer reto es madrugar, cuesta desperezarse, pero cuando llego al estudio el ambiente es contagioso, somos un equipo unido y divertido. Patria es nuestra razón de ser, buscamos dar siempre lo último, divulgar la noticia en tiempo real gracias a la conexión en redes sociales y con otros medios de prensa. Trabajamos con mucho amor y energía, para que el oyente comience su día bien contento, y salga a la calle informado y optimista»», asegura la locutora que durante años ha guiado el noticiero matinal, acompañada de otros talentos como Alfredo Iturria, Franklin Reinoso, Samuel Urquía y Liván Ramos.
Tras más de 30 años ejerciendo el periodismo, con varios premios, distinciones, misiones internacionalistas y el placer de haber participado en relevantes coberturas, la grandilocuencia no habita en su palmarés: son la modestia y la sabiduría forjada con perseverancia las que guían el diálogo.
«En la CMHW nací profesionalmente, es mi casa. Comencé como asesora de programas infantiles del Grupo Dramático, aunque la plaza fija apareció en el Departamento Informativo. Soy graduada de Letras, y cuando entré, traía una base de asignaturas muy importantes, pero no las herramientas y los saberes propios de redactar una noticia. Lloraba todos los días y me avergonzaba de mi desconocimiento, me rompían las cuartillas y algunas reprobaciones rallaban la crueldad»», recuerda Minoska.
«Mas, Aldo Isidrón del Valle me tomó de la mano, me enseñó el ABC del periodismo y cómo conducirme en este mundo apasionante. Gracias a él y a otros mentores me fui enamorando, entrenando el llamado olfato periodístico, buscando la forma de distinguirme de los demás, de hacerlo diferente; siempre superándome»».
De la redacción del Informativo llegó al móvil y al periodismo en vivo, aunque no era suficiente para compensar sus crecientes necesidades profesionales; Radio Rebelde, en 1996, tenía un corresponsal en todas las provincias, pero en Villa Clara no había un reportero de manera fija, y aceptó el desafío de hacer trascender la noticia desde la ciudad de Marta y el Che.
«Empecé a reportar en medio del ciclón Lili, me quería probar y hasta el día de hoy he aprendido mucho, mucho, y aún me instruyo a diario de la profesión, el rigor, la disciplina, el dominio de coberturas nacionales e internacionales. Profesionalmente, crecí en Radio Rebelde»», asegura.
Periodista del pueblo
«Los periodistas debemos estar bien cerquita de la gente, y evitar la mediocridad y el conformismo»», manifiesta.
«Hay que buscar siempre la posibilidad de tajar lo gris, chato y enlatado. Haciendo Radio, desde este año 2020, abrió una sección los martes y jueves que se llama ¿Cómo amanece Cuba?; se tratan temas muy sensibles a la población desde diferentes provincias del país: choferes que no paran, revendedores y precios topados han sido el argumento de transmisiones en vivo que
compensan un poco la inquietud crítica, investigadora y opinativa al servicio de la sociedad.
«Agradezco que mis emisoras no estén ajenas a todos los problemas que se están viviendo,
que con penurias y carencias digan la verdad, y mantengan informada a la gente, por más dura que parezca la situación, por más dura que sea la noticia; que acompañen al pueblo en esta cruzada, que latan junto con la gente que echa para adelante con sueños, esperanzas y convicciones»».
Minoska no cree en temas tabúes ni autocensura; pero cada situación que le impone su labor la sitúa en contexto. «Se puede hablar de todo cuidando el cómo, solo hay que proponérselo, y elegir el momento y la plataforma adecuada. No podemos olvidar que esta isla está cercada, asediada, y nunca el periodismo que se hace aquí será igual al de otro país del mundo»», afirma.
«Hemos crecido con el bloqueo, y muchas veces no interiorizamos lo que significa y las peripecias que hacemos para que nos llegue un poquito de alimentos o de combustible, un día saldrán a la luz las historias, las razones detrás de los silencios»».
Se considera una viciosa de las redes sociales. «El periodista que no se sustenta en los avances de las tecnologías y las comunicaciones no existe «sentencia». Radio Rebelde me obligó
a trabajar en Facebook y Twitter, a construir en la web la noticia minuto a minuto con audio, texto e imágenes. Internet nos ha permitido visibilizar los medios provinciales, ganar audiencias de todo el orbe. Hay un señor en Tampa que todos los días escucha Patria, pues la radio es hábito, costumbre, arraigo»».
Sobre la validez de su trabajo como profesional de la palabra en los tiempos que corren, declara: «Aunque cualquiera puede publicar y «dar el palo», la primicia, a un periodista se le conoce por la redacción, la preparación, la acuciosidad, la investigación implícita en su mensaje; ante las falsas noticias siempre hay que ir a las fuentes más confiables»».
Su responsabilidad social se acrecienta como diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular. «Estoy en la Comisión de Atención a la Niñez, la Juventud y la Igualdad de Derechos de la Mujer. Ello me ha permitido conversar con la gente, saber sus razones, ahondar en los detalles; eso le roba tiempo al periodismo; pero me complementa, me permite investigar y nutrirme, realizar mejores trabajos.
«También me ha brindado la oportunidad de adentrarme en la realidad de muchas féminas cubanas y poder asegurar que lo que hemos logrado es tremendo. Ahora en septiembre se cumplen 30 años de la creación de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia en Villa Clara, la primera que se fundó en Cuba, y que tanto ha hecho en pos de la superación femenina, la erradicación de la violencia de género y la forja de la igualdad.
«Queda mucho por hacer, aún hay discriminación, violencia doméstica solapada, mucho machismo, sobre todo en zonas rurales, y, a veces, nosotras mismas nos limitamos a la sombra de un hombre proveedor. Esas actitudes retrógradas y denigrantes las debemos combatir»», mensaje de extraordinaria significación en estas jornadas en que celebramos el Día Internacional de la Mujer.
El éxito de la humildad
Galardonada recientemente con el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Roberto González Quesada, Minoska Cadalso Navarro desborda sencillez y compromiso con su gremio: «Una no trabaja para premios, pero cuando los recibe son muy bienvenidos; me siento feliz porque es el reconocimiento de mis colegas»».
Aunque el éxito profesional siempre acarrea un costo personal, y viene ataviado de lágrimas y emociones. «En la retaguardia siempre ha estado mi mamá, tiene ya 76 años; por cuestiones de trabajo en muchas ocasiones me iba tempranito y regresaba de madrugada, había días en los que no veía a mi hija. Muchas veces no pasamos el tiempo que querríamos con nuestros seres queridos y al final te lo reprochas. Ejercer el periodismo requiere de auxilio, consejo, valor y voluntad; de una familia que se erija sobre el sacrificio y la entrega»».
Para ella, la clave del éxito está en permanecer abierta a todo tipo de saberes, escuchar las voces de la experiencia, leer, no irse nunca con la primera, contrastar fuentes hasta el cansancio para encontrar la credibilidad y ganar fidelidad, mirar todo con el ojo avizor del periodista.
«Me preparo mucho. Hay quienes desdeñan las coberturas pequeñas, yo no, considero que cualquier cobertura y entrevista me alimenta moral e intelectualmente. Me encanta oír a la gente, hacer crónicas e historias de vida. No he perdido la capacidad de asombrarme, conmoverme, emocionarme. Creo que cada día soy más sensible ante lo que me circunda»».
Y su risa contagiosa culmina la entrevista.
Con extraordinaria humildad y respeto para con los lectores confi esa: «Soy una mujer que habla con la gente desde la radio, no me pongas a hablar en público porque no me gusta y no sé. La radio ha sido mi vida»».
Entrevista de Claudia Yera Jaime, publicada en la edición digital de Vanguardia. Audio: Beatriz Hernández García, CMHW