«Lo peor que pueda pasar es que tengamos prensa pública sin influencia pública»»
Periodistas de Villa Clara analizaron la necesidad de un nuevo tipo de relaciones entre la institucionalidad y la prensa, así como de ganar credibilidad ante un público cada vez más diverso.
Con el corazón en la mano y mirando de frente, tal como agradecemos los cubanos y, quizás como pocos, quienes trabajamos en los medios de comunicación. Así llegó Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), al balance territorial que este martes 11 de junio tuvo lugar en la Escuela Provincial del Partido «Carlos Baliño», en Villa Clara.
Su intervención inició con las palabras exactas, ni más ni menos, de lo que anhela y precisa el gremio: «Construir un nuevo modelo de prensa pública para el socialismo, implica la construcción de un nuevo tipo de relaciones entre la institucionalidad y la prensa. Ya quedó atrás la época en la que eran los medios clásicos quienes centraban y controlaban la información: perdieron la hegemonía de las influencias. Los medios públicos no somos los únicos que erigimos paradigmas, o sea, urge cambiar radicalmente la forma en que generamos contenido»».
El presidente de la UPEC enfatizó asimismo en los desafíos inminentes de ejercer el periodismo en un contexto transversalizado, ya no solo por una competencia deshonesta en las redes sociales y otros espacios en Internet, sino por las propias rupturas generadas por ineficiencias internas y que dan al traste con la elemental obligación de informar bien, cuando toca, con inmediatez y precisión.
«Lo peor que pueda pasar es que tengamos prensa pública sin influencia pública. La credibilidad de los medios ha sufrido fracturas graves en los últimos tiempos, y este modelo tiene que estar en capacidad de construir los consensos necesarios. Los nuestros tienen que ser los medios fundamentales para las audiencias, porque lo cierto es que tenemos el control sobre el sistema de prensa, pero no tenemos a los públicos»».
Varios reporteros de distintas generaciones, como Dalia Reyes Perera, Lourdes Rey Veitía, Alfredo García Pimentel y Abel Falcón Curí, entre otros, levantaron la «adarga»» para llevar a debate temas reiterados, incisivos, que aún después de décadas de denuncia continúan boicoteando la labor diaria de los reporteros: las carencias de una política salarial deprimida, secretismo, limitaciones del rol de la prensa a simple vocera de resultados, inmovilismo, migración profesional y las dilaciones de medidas largamente demandadas….
La actualización de los rumbos sobre los que hoy se proyecta la nueva política de comunicación «aún por aprobar» constituyó un espacio de especial interés, a cuyo análisis aportó otras perspectivas Rosa Míriam Elizalde, vicepresidenta primera de la UPEC. Existen intereses comunes, insatisfacciones y propuestas para lograr hacer más y mejor en el terreno de la comunicación social.
Ronquillo Bello apostó por la transparencia y el compromiso, asumido desde el pleno convencimiento de que «la prensa no puede conducir al descrédito de las instituciones públicas de la nación. Sin embargo, se tienen que legitimar esos vínculos desde la legalidad, lo cual implica obligaciones de ambas partes y contribuye a la credibilidad del discurso periodístico»».
Al balance de la UPEC villaclareña asistieron, además, las máximas autoridades del Partido, el Gobierno y la UPEC en la provincia, así como miembros del ejecutivo nacional y territorial.
Tomado de Vanguardia